Wednesday, December 15, 2010

My Gringa Friend



I cound’t have imagined before

That from overseas such light would come

Into my life.

A place full of moments, a girl

Like the summer sun.

And immediately, shining, shining,

We played together the colorful play

Of friendship.


I won’t ever forget your smile

When I made you laugh, or

Whenever we used to laugh outloud

and giggle so much that we made

the skies incredibly happy.

Incredibly happy we were.


Oh, I won’t ever foget your friendship,

Our talks, the way in which you seemed to enjoy

The simple things, this sharing of us,

This daily reliance

Despite we were from different worlds.


And I will always miss you,

My dear girl,

My gringa friend.

I will always miss your bright ways,

Your simple laughter.

And how real friendship doesn’t give a damn

About countries, USA, Chile.


It’s just as simple as your smile.//








Te adoro, my gringa friend.

Hasta siempre. Nos volveremos a ver.


Wednesday, November 17, 2010

Wanted


Oh, cómo se espera que pase

una estación, tras otra estación, tras otra estación

como en el declive del frió contra la luz.

La misma octogenaria calzando miradas de agua

desperdicia un par de agujas en coser mis zapatos

a la tierra.

Mijita, no vueles, no vueles, que el cambio de estación

es el ciclón más fiero de la vida.

¿Y por qué condena usted a mirar los murciélagos del techo

a la gente más infesta de la ciudad?

La octogenaria recorre los velos de las vírgenes

y me susurra como en un pequeño pasaje bíblico

que todo ha de perforar algún agujero en mi vestido.

Que me cuide, que me cuide.

Y así, estación tras estación, veía a los niños correr

tras el último rayo de sol mientras la comezón de mi alma

y mi canto de soliloquio no mueve a la

octogenaria, nada la palpita en su carne de milenios

en sueños y décadas al aire incalmo.

Desperdicia un par de cuentos en hacerme

soñar despierta como en un insomnio controlado,

desperdicia vida en buscarme mi filosofía

encendida cuando perdí lo mejor de mis ojos

tras las rejas del viejo París.


Oh, cómo se espera que pase

una estación, tras otra estación, tras otra estación

hasta que la continuidad se gasta frente a los ojos

de harapo y los suspiros se hacen polvo

y las cosas se hacen frío que quema la lengua

y ya nada, ¡nada! es pronunciable.


Entonces es mejor soñar imaginada en un techo

con otros puntos en el orbe estrellado paralelo

mientras la octogenaria duerme a mis pies.//

Vie en Bleu


Las cosas más simples se encuentran a tus pies

y las encuentro atadas a tus pensamientos que entonces

me cuentas a la sombra de algún árbol sin su estación.

Aferrados mis ojos al encuentro de los rayos de sol

con las hojas al viento es que pronto se me pierde

todo palpitar, cuánto palpitar cuando gobierna al aire

el pequeño miedo en sus tragedias de diario.


Te piedo entonces, házme olvidar que soy de agua,

que soy un conjunto de burbujas en espera del vuelo

a la menor provocación.


La gente siembra sus frases hechas en mi camino, y

tropiezo con las cosas más increíbles,

un cliché, una ley, un racimo de cosas que no debe hacer

una mujer incorpórea.

Al otro lado te posas tú y esperas que mi voz

irrumpa entre las sombras de mis enemigos como

cuando tocas mi rostro en medio de los pequeños sueños

que incubo dentro del acuario vespertino

y te digo salta conmigo fuera de este mundo!


Fuera de este mundo donde perecen todas

las causas perdidas para volverse sangre

de nuestras manos hechas para crear.


Ahí te pillo, ahí te abrazo, enredaderas de abrazos

buscando la causa más perfecta de tu luz

y descubriendo que en realidad no hay

causas perfectas ni perfectos pasadizos

instalados en tu cuerpo. No.

Las cosas más simples las encuentro en tu piel.


Y como nunca antes en el cronos de mis suelos

quiero que me lleves.//

Amazement


I was amazed.

The sounds of thunder within your eyes

was a total revelation to my thoughtfulness.

How can you stare at me with such fireworks?

Don't you see I'm a disrupted girl,

distracted with silly sounds down the streets?

I was amazed, nonetheless.

I could watch finally my skin boundaries

just as they are. There were complete gardens

of questions and unexplored deserts.

You saw them all and smiled

as if you were watching the whole of the moon.

And you were amazed.

Cause deep beneath your islands you were naïve as well.

As if naiveness was something to be proud of.


For some reason we were both amazed

by the sound of our thoughts

bumping into each other's skin.

And, pure enough, happy enough and about to cry

we started chasing the little shooting star with no name

which visits our beds whenever we feel

not quite amazed and maybe quite jaded.

Not quite amazed and maybe frustrated

since we refuse to forget.


Forgetfulness is the amazement

by little kisses in the forehead

and the sunbeam games at dusk.//

Sueños-catapulta


Me soñé haciéndole el amor al mar

en un continuo de olas y rayos de sol

que aumentaban mi deseo circular

con veleros en mi espalda y sirenas en mis labios.


Y de un sueño-catapulta

me pasé a otro sueño-catapulta

en las estaciones de esa noche infinita.


Me soñé paseando con un traje anti-llamas

buscando un beso en un bosque de quimeras

huérfanas. Nunca llegué al linde a pesar

de que el camino eran límites entrecruzos tejidos

a mi andar.


Y de un sueño-catapulta

lanzada a otros sueños-catapulta,

recorrí la noche en el desorden de mi lecho ínfimo.


Me soñé cavando un túnel con mis manos

en el desierto más pequeño del mundo

mientras pasaba gente vestida con elegancia a mi lado

pateando arena que volvía a tapar mi excavación.


Y ya era anciana y aún no podía terminar mi túnel.


Y de un sueño-catapulta

me lancé a otros sueños-catapulta

hasta que los sueños-catapulta comienzan a poblar

todas mis venas así como una infección,

y ya entonces toda mi vida son sueños catapulta

donde estoy en océanos y desiertos y bosques

en mi lecho de aire, con los ojos semicerrados

esperando el beso,

el beso unívoco

de la alegría sencilla realidad.//

Wednesday, October 20, 2010

ME in light of YOU


Entonces fue imposible medir

los kilómetros sónicos que trazaste

en mi mente. No pude retrotraer nada ya,

nada.

Habían ciertos laberintos que me recordaron

fábulas futuras y cuentos que había escuchado

contar a las flores sin abrir cuando yo

justo comenzaba a despertarme esa mañana.


Me he dicho tantas veces que esto no es cierto.


Y allí estás tú entonces. Te llamé vileza en sin-número-

de espacios. Y ahora tú me creas

con tus manos. No puedo retrotraer nada ya,

cómo fue que llegué hasta aquí hasta convertirme

en luz azul. En luz acuática.


Porque a veces actúas como bajo el agua y yo

comienzo a extrañarte cuando estás allá.

O quizás yo soy la única que se esconde entre

cardúmenes extranjeros y tú ya no me encuentras.


Entonces no, no. Ya no quiero más.

No quiero ser más YO sin algo de TI dentro.

O latir solo en una dirección cuando tú ya estás

pensando en mí. Y ser irresponsiva.

Y ser irrecíproca.


Entonces bailaré para ti esta noche.

La luna te dirá cuando vengas a observarme,

y en pasos tejidos con tu luz reflectada en mi piel

los pasos se dibujan, los pasos se suceden,

mis movimientos te abrazan


y ya nada parece disectante

sino eterno.//

Outsider (II)


La imagen es recurrente.

Su halo de bastardía ya es parte de mi

taza de café con leche en la mañana.

Entre súplicas y piedades en bidirección

comprometo el alma en ser diferente.

Pienso en las mismas cosas que se calientan bajo

el sol, las aves que se derriten en noches de tormenta

y tiemblan ya escondidas en sus cuevas de entretechos altos

como atalayas celestiales, altos.

La vigilancia es extrema y no podemos hacernos los tontos.

Las atalayas repletas de golondrinas y fénix son el punto

de los ojos eternos para volar sobre nuestras cabezas.

Pienso en esto mientras palpita el alma

en medio de la calle.

Y lloro un poco, pero solo lo indecible.

Solo lo que mi alma de outsider me permite.


Cantas bajo el tiempo sin darte cuenta de los peces

bajo tus ojos que remiten al pasado.

Cuentas fijas bajo el armazón del orbe tuyo, y

ya no eres capaz de sembrar sombras bajo los tuyos.

Pienso en esto con el alma al filo de la pasión.

Me escribo diferente entre las multitudes con alma

como casi aprisionada bajo las pantallas y las fotos

y los anuncios y los titulares y las cosas de costumbre

que a nadie llenan. A nadie calman más.

En otros tiempos solía sollozar al igual que tú frente

a la lluvia ácida y la ciudad empapada en esa fluorescencia,

en esa escencia proscrita a la belleza de dios.

Pero hoy yo soy el outsider.

Vuelvo a casa, no hay mucho que decir.

Hay mucho que huir, mi buen amigo.


La imagen es recurrente,

su halo de bastardía ya es parte

del libro que leo antes de acostarme.

Y como si la ciudad se vuelve el oleaje rompiente

a los pies de mi cama

pienso en las medusas que vienen a parar a mis ideas

buscando alergizar su médula,

poniendo una bomba de tiempo entre mis cosas

y las tuyas.


Pero hoy mi sueño se trata de un outsider

que a saltos se escapa de las estaciones

para simplemente ser

diferente.//

Cloacas de Canela


El hechicero me recomienda ser certera.

Entonces pienso que la estela temporal

ya dura mucho.

Y entonces pienso que el invierno, que el verano

ya dura mucho.

Y que ya idear un paso más tras otro, diseñar

distancias entre pisadas es equívoco.

Es trampa, vaya que sí.


El hechicero me recomienda ser certera.

Sostener la lágrima entre los dedos

antes de que toque el hombro de mi amado.

Los sonidos se me antojan altavoces del inframundo.

Y las princesas me susurran cuidado, cuidado.

Es trampa, vaya que sí.


¿Y puede sentirse alguien tan atrapada?

Le pregunto yo al viejo en su pequeña cloaca de canela.

¿Y, puede ser posible soñar tan despierta, tan conciente

de tropiezos, pequeños, pequeños rasguños

y ciénagas?

Oh, pequeña. De cierto os digo, de cierto

es que todo es trampa.

Vaya que sí.

Todo es trampa.//

Tuesday, September 14, 2010

Vida



No quiero escribir de otra cosa

Que no sea la voz del baile de las libélulas,

Y el choque del aire con su punta opuesta

En medio de la tormenta.


Y así como deviene la incalma

Con el eco de costumbre en el ensueño,

Es así como yo entiendo

Que la vida me sonríe en 1 intento.


O 2, por cierto, pero uno desciende a mi piel

Y transmuta su sentido en mi sangre,

Y por cierto que mis sonrisas arden

En un simple símbolo de devoción.


Retoma el agua, canta al arbitrio.

Poetisa a las calles aunque te silencien sus aullidos.

Porque mariposa y trayecto se han de trazar

Justo cuando a la siega has de marchar.


Los trigales de la calle son solo el comienzo.

Busca, busca, como cigarra en la playa

la solitud de un canto-individuo, del sentido veraz,

de la voz de Dios prima en el viento mordaz.


Y vive.

Que la luz no se impera sola

Y el día no es solo el continuo

De la oscuridad.//

La Emisaria

Abajo las hormigas sufrían de una tormenta inigualable a las peripecias bíblicas de Moisés, cuando el mundo se volvió una pecera en la que flotaba solitario un zoológico navegante.

Yo lloraba como si la causa de mi pena me amenazara con un cuchillo a mi yugular. Como si la causa de mi pena fuera una canción mala, una ranchera o balada simplona y melosa, y lo único que podía sacarla de entre mis costillas fuera llorar, llorar, llorar.

Entonces lloré, lloré, lloré. El tren en que venía a paso vertiginoso había naufragado justo a la orilla de esa plaza de las siete de la tarde. Nadie había acusado recibo del naufragio. La luz crepuscular hacía a todas las personas iguales. Si reían o lloraban daba igual.

Y leyendo los pensamientos de alguna gente, logré darme cuenta de que para ellos era lo mismo. Son muecas. Mi llanto era una mueca mínima en el universo de muecas que las personas fabrican a diario, que las personas ven a diario, del conjunto de muecas que los músculos de la cara son capaces de realizar.

Yo me sacudía en la pena y en los pensamientos nubosos como si ya nunca pudiese salira de ahí.

Yo yo creía en Dios, y ese día decidí poner un juicio prometeico a sus pies. Con la nariz tapada profiriendo mucosidad lo enfrenté, así como una intentona Nietszchiana, a que me mostrase su poder.

Si realmente existes, mándame a alguien que mitigue esta pena. Una palabras, un gesto. Algo que me haga respirar de nuevo.

Entonces algunos pájaros volaron despavoridos, una palmera frunció el ceño en el aire, y a Manuel Rodríguez se le encabritó el caballo de acero en su pedestal en medio de la plaza. Él, también de acero formidable, ligeramente se movió intentando que la pose de semi-caída fuese algo más natural.

Y la gente pasaba, pasaba, pasaba. Ya me susurraba el tiempo que simplemente no esperara nada. Yo sabía que mi llanto escribía mis dudas en el asfalto, mis tristezas, mis taras, mis errores… Era una especie de poema maldito, y sus versos en espiral simplemente la escalera a un Hades muy mío que se abría de a pedacitos a mis pies.

Mierda, me dije. Yo seguía esperando, seguía viendo a la gente pasar, pero no veía la señal que me haría abandonar el paréntesis perpetuo, el biombo viciado de esa tarde que amenazaba con perpetuarse.

Una niña apurada me miró a los ojos y se fue. Como un bólido como todos los demás. Pero ella me había mirado, y el juego de luces de su mirada me hizo concentrarme en ella. Pero se había ido, y la frustración solidificara mis lágrimas. Ahora la sal caía sólida rasguñando mis mejillas.

Ahí, náufraga, asustada en medio de mi temporal personal, dejé de creer.

Pero, luego, una voz que me sonaba a estrellas recién paridas cayó en mis oídos. Era ella, era la mirada inquisitiva y la voz dulce, toda ella frente a mí. Las nubes se detuvieron, la tormenta paralizada, la sal cesó dos segundos de caer para escucharla. Y sus palabras de cometido sencillo salieron de su sonrisa como la esperanza de un puente.

Unos pañuelos desechables. Un chao, tranquila, cuidate.

Abrí el paquete como si fuera reventar para avisarme que todo eso era mentira. Una hoja de un directorio de teléfonos de una agenda, arrancada de cuajo con precisión doblada certera, pero no tajantemente cosa de parecer amigable cuando la abriese. Un mensaje.

“Yo no te conosco…. Pero el éxito en la vida es seguir adelante… Confía en Dios Todo estará bien Cuidate ♥”

Y la sal detuvo su proceso de producción. El biombo fue demolido, y la tormenta bajó su grado para solo ser una lluvia tropical, tibia de verano. No recuerdo cuándo a lo lejos alguien se rió, quizás era yo misma. Éramos dos personsa, y una se reía de la otra, y la que se reía tomó el lugar de la que lloraba, no sé.

Solo sé que pedí perdón. A las hormigas y a Dios, quien me miró riéndose un poco de mi torpeza, pero lanzándome un pequeño haz de luz que solo yo vi. Me paré y decidí tomar el próximo tren a mi almohada.

Recordé la voz de la emisaria, saqué varios pañuelos para poder respirar con tranquilidad, y volvía caminar. Después de todo, él sabe. Él sabe./

Yo Desafío



Yo desafío

al tiempo en verso inexacto,

en acto compacto

y en la vida sencilla, debato.


Actué en compases osados,

como amoral bestia, concedo

una gota de sangre al gravamen

y libre entonces me defino


de albacea melódica,

y me equivoco cuando anhelo

un poco de lluvia sobre los párpados

y reluzco, prisionera.


Y de nuevo, yo desafío

al orbe en sitio profano,

en carne al filo

y en la voz trémula, descarto.


Son las peripecias del asfalto.//

Friday, September 10, 2010

Las Ideas


Básicamente, los cementerios de ideologías mutiladas,

propia escoria mundana de la cosa atropellada

por el discurso, descansan en periferias recónditas

más allá, más allá de toda inexacta intuición.


Que mis sueños siempre me deparen entre sus lápidas

es un encriptado freudiano que me niego a

idealizar como antojadiza sed de claridad.

Oh no, quizás sí me gusta la radiación lunar en los epitafios

y mi alma temblando cuando leo aquí yace el venir, morir

y vencer, fenecido de manera espontánea tras ver la vida

convertida en la meretriz perfecta que simplemente

ignora displicente la carne retórica y en síntesis.


Mi paso es simplemente hojarasca flotante, porque quizás

yo también rece muda aquí bajo toneladas de arcillas rojas,

de otrora árboles, de otrora civilizaciones enteras.

Con desfachatez encenderé mi última pira a sus flores secas

y fulminaré sola mi propio grito tras el último rayo de sol:

mi idea ya no simplemente bosquejo sinestésico,

y ahora sí pálpito en el aire

de lo que en verdad creo.


Alguien despertará, el esqueleto de algún vetusto pensador

despertará y saldrá a flote desde su cripta y

espada en mano mutilará mi consigna a mis narices,

y seré entregada al responso de agujero que es mi nicho,

que a poco lecho me late sus brazos,

y la última cortesía será mi idea en el epitafio

para que alguien desvele y encuentre mi pista en mi cripta

en el sueño, en el propio sistema drímico

y despierte con la idea entre sus labios,


a poco amarga, ¡que no se lave la boca ese ciudadano!

Que escriba un poema con eso regalo incendiario.

Y no seré yo, pero mi memoria

no disociará en vano.

Hay esperanza.//

Friday, August 20, 2010

Dear Astronaut


Dear Astronaut:

¿Será posible instaurar el régimen

del abrazo neutro?

Es que aún tus abrazos me siguen sabiendo

a invasión cósmica de mi aura,

invasión concertada por la vibración de mi piel

al contaco con tu superficie más neptuna.

Yo que que quería instaurar

la TIRANÍA DE LOS LUGARES CIERTOS,

en prisión de los lugares comunes

y la distancia por el puro gusto de marchitar.

Pero, dear astronaut, se nos agota la paciencia

dentro de estas estrellas que colapsan.

Se nos agota el tiempo, planetas que desplazan

momentos. Nuestro planeta: un momento.

Un abrazo que de neutro tiene complicidad.

Cielos como pantanos refulgentes y tus ojos

como lunas incandescentes de mi reflejo sordo

y la verdad escondida tras la risa,

tras el eco sideral de nuestras risas

y quinientas galaxias como testigos, ¡quinientas!

Cuando me reclamas incierta y yo me muevo lento,

lento, saturnal, lento, prometeico,

y entre tus manos

solo nos queda despegar para ver

que viene mañana.//

Sol



Un pequeño sol a mal traer

es ofrecido al sacrificio en una plaza chica,

una plaza fea, sin árboles, por gente

que lee las flores solo para torcer su mensaje,

para establecer un blindaje

bajo el párpado y en la cabeza.

El curioso espectáculo despierta mi siesta,

el sol luce deslavado entre vahos de papel quemado,

y sus ojos, pusilanimia,

miran nada y todo en tres segundos de requiebro.

Tres segundos de requiebro.


Pero es al cuarto cuando me recita,

es al cuarto cuando se refieren a mí

las causas de su iris maldecido en el cosmos.

Mi mirada paraleliza la suya: ¿qué debo hacer?

No pertenezco a una pléyade

como para que la gente configure mi voz

entre sus sesos. ¿Qué debo hacer?

Mis armas están descargadas, mi alma se desbarrancó

esta mañana cuando recordé a mi último amor.

¿Qué debo hacer?


Intuí la antropofagia colectiva,

y ofrecí a los presentes mi muñeca

a cambio del sol a sacrificar.

Mi más preciada posesión fue devorada

en la punta del roce de mi mundo con el de ellos,

la imagen grotesca del callar de mundos,

y la liberación final del astro, que me abrazó

en toda su amplitud como pidiéndome perdón.

Perdón.


Me enamoré del sol.//

Entrecruces


Mientras los amigos se van de repente

entre los entredichos se entretejen

roqueríos afilados con lo que no se dijo.

Los amigos se van en marcialidad intacta,

y el pobre de espíritu que ni sus rencores guarda

flamea al viento y se deja espaciar

por el azúcar en el aire, azúcar de ciénaga,

azúcar de beso ajeno y sabiduría simple

en amor.


Mientras las cosas se van de repente

entre los entramados se entrelazan

otras cosas que nunca nadie reclamó.

Algo así como escarapelas de papel de algunas

batallas, a ciegas, batallas al viento.

Símbolos pálidos de ideologías que defendiste

a ciegas, vacuo, a hurtadillas en segundos.

El simple de alma vaga como dibujando

trapecios en el empedrado y se deja asaltar

por la sal de otras lágrimas, sal senecta,

sal de despedida mutua y marcha erecta

en soledad.


La pregunta salta entonces:

¿eres realmente feliz?

Y la respuesta cae a los pies:

Sigue caminando.//

Mr Caleidoheadphones



Mr Caleidoheadphones,

please put your hand round my waist

and teach me about those old magicians

who, disguised as musicians, invented

your different worlds.


Mr Caleidoheadphones,

don't leave me by myself getting

into the dark night as a deaf little memory

of a girl who wanted to turn into

a whole sky dwelled for someone else's stars.


Please, do share your headphones

with me tonight

as we walk down new atmospheres

filled with light.


I never ever saw it coming at all.

I never ever saw it coming at all.

But it was just one of your melodies

thrown into the air which made me see

made me see

the composition of trees.


Do you see, Mr Caleidoheadphones?

I was cheating, I was cheating, I was deaf.

But it was your songs who brought light on.

Magic you are.

Please guide me through sonic paths

where I can get and, finally

rest.

Love and rest.//

Facing The Darkest



Face the darkest,

face the immensity of light

burning your face. Animosity.

Delightful peception of the fall,

strangess when feeling the eyes of God.

And all this stranded in times where

spotlights on and off in my skin

are indicting me.

No one knows where this will go,

and a thought shortage is ready in the bone.

But my saved o'clock thoughts will make me

float. Severely float.

Persisting

and float.


Whenever I find my heart wandering

at the darkest,

I reveal I'm evil.

Whenever I think of you as my answer,

I reveal my evil

within.


It won't show up today, though.//

Thursday, August 5, 2010

Asilópata

Alguien me llama desde la otra puerta.

Devengo en latidos, me intrigo en los segundos

en que espero un vuelco del viento

entre mi sangre y el mundo.


¿Vendrá alguien por mí hoy?

Los portales abiertos, mis brazos abiertos

a la suerte de un reflejo de compañía.

A la vista de la cercanía

de otro cuerpo en diálogo con el mío.


Me ataca una ansiedad de lirios,

oigo el llamado cercano, tibio.

Acertado a mí, mi propio destinatario.

Asilópata me denominó Dios,

asilópata como un crimen a cometer.

Asilópata de un ruedo inmio-pasivo

a la espera de un silencio vivo.


¿Vienes? ¿Vienen?

Al otro lado las aguas diamantinan

como refugio a mi cuerpo aterido.

¿Pero quién, quién…?

Alguien me está llamando

mientras la sombra de mi ansiedad

clava mis zapatitos al suelo.


¡Claréate al sol! ¡Vuélvete verdad!

Una asilópata busca tan solo dos nubes,

y yo ya te reservé la tuya, ahí, nuestras

nubes como espejos al aire.

Como espejos al aire.


La voz se diluye, oigo cómo en el tiempo

se deglute, y yo tiesa en el despavor,

tiesa en el sopor,

soy asilópata engañada,

asilópata perpetuamente engañada.


Como una marca totalitaria

soy asilópata engendrada

en el responso de soledades

deshilachándose

dentro de mis ojos

que cuentan,

enferman,

cuentan,

reiteran,

cuentan

pulsos ajenos.//