Wednesday, April 28, 2010

The Colour of Spring

Primavera jugando con los rayos

del sol de invierno.

Inquieta despunta el velo bicolor,

verde y canela, caracoles dorados

y los entretelones en el pasto de las

hormigas de terciopelo.

El color de la primavera, se entrelaza

con la onda gélida y el hielo sobre

los techos. Primavera intrusa, primavera

que deja en ascuas la misantropía,

la metamorfosis de las alamedas

y la cosecha de melancolía en los ojos.

Entonces pude entender la rosa que

se anidó en mi iris, pude entender que se

encabritara el rojo cuando en derredor

blanco perpetuaba la ironía del silente

entre la cortina de gotas puntiagudas

y rostros sin retornar.

Primavera jugando con mi corazón

en calmo deshielo. Las abejas que

dejan su miel a mis pies, cruel trampa,

cruel trampa para que me quede enraizada

en la artificiosa circunstancia,

el no deseo, protección errada.

Pero tu color, primavera áltera,

tu color vibra en candidez y osadía,

pero soy confusa alimaña prodigando

por entre las calles irrestrictas, tu irrupción

es el desprecio de los terrestres a mi complexión,

y en suma, mísera, me deconstruyo mísera,

aunque sonría, sonría,

soy proscrita, proscrita ante tu invasión.

Oh, nunca seré digna discípula de tu color.

Primavera erudita, en colores edenésios,

evanescentes de pureza dibujada,

¡retrocede, retírate, retráctate!

Que debo vivir mi invierno de punta en blanco,

morir solo un poco, desollar la pasión

para ser mariposa de nuevo

cuando entonces sea tu momento,

de gloria tu propio momento.//

Sorry if I can appreciate your moments now.

If I cannot appreciate your spring.

It's not my fault. It's not your fault, either.

I don't know whose fault it is.

But surely it is not the right time.

Run Over

Por alguna razón no he sangrado

tras ser atropellada por circunstancias

aladas, que a la velocidad de mosquitos

en fuga avasallaron mi cuerpo, pasaron

por sobre mis líneas castas y simplemente

me dejaron tirada en medio de los misterios

del cosmos, inconciente, del cosmos.

Abrí los ojos y mi primera visión

fueron un cielo de grullas de papel,

familias enteras migrando al sur del

aire y el arcoiris. Y por alguna razón

no he sangrado, mis células pululan

en su lugar, no se ha escindido ningún

pensamiento. Curioso. Pensé

que la tarde pasaría llevándose todo,

las circunstancias robándome las entrañas

y las tinieblas empoderadas de mi piel,

mortecino mi territorio yacería sola devorada

mi luz por estrellas sicarias, carroñeras

que, de todos modos, despreciarían mi carne

por ser demasiado mezquina.

Poca conciencia de estíos.

Pero aquí estoy, entera, en terrenos baldíos,

caminos de sol de invierno, pisando milenios,

sedienta de plenilunios,

sedienta de vuelos rápidos amparada

por los héroes épicos sin inventar aún.

Y las circunstancias rozando mi espalda,

pero esta vez sé donde esconderme.//

Imperativo y Reforma

Imperativo y reforma.

La verdad de la infamia, la cruz

en el pelo y la noche como cantante

en celo de las propias taras.

Imperativo y reforma.

El doble paso hacia atrás, el tropiezo

a propósito, el trapecio al revés solamente

por capricho y las volteretas entonces

resumidas por el escrúpulo de la caída

mirada por ojos en veneno.

Imperativo y reforma.

¿He de caer nuevamente apresada

como rata por la misma tramposa

secuencia? Mis manos en tinta azul,

yo sé que no quiero regresar,

pero siempre me encuentro con la

inanición del alma puesta a prueba.

Imperativo y reforma.

Obligame a cambiar, obligame a

posar erguida ante la vida. Con el desierto

entre mis manos y sin doblegar

lo que creo.

Imperativo y reforma,

seducción de la mariposa en el oído,

clama a la fragilidad el espacio en el aura,

el sonar de pasos que se retoman,

el sonar de campanas que advierten

cadenitas en los dedos que apenas

se esbozan, que apenas se adosan

a las venas, pero la palidez avanza

y ya es muy tarde para pestañear.//

Wednesday, April 21, 2010

Mars

Me escucho durante la más alta

de las albas marcianas.

Me escucho sincerar, entintar la vida

cubierta de hojas secas, un poco de viento,

una ráfaga de honestidad blanca,

el sonido del alba, del alma mientras cae

el día como componiendo su pieza maestra.

No sé el pasear entre las tumbas recrea

mi lenguaje, y los milenios devienen en

secuencias diversas de segundos perdidos.

Mi propia sed de venganza se seca a mis pies.

Me escucho cantar en el exterior adyacente

a la piel. Las líneas cruzas y no sé el piso

donde camino que se vuelve a inmolar.

Que se vuelve a inmolar.

Me escucho en el hecatombe de estrellas

sin nombre, ínfimas hijas de Orión.

Me escucho cantar en silencio, quizás

estoy sola como también inspeccionada

por marcianos paganos. Miran mi indecisa

figura y susurran en un dialecto

que llego a entender solo cuando se vuelve

agresivo.

La vida se desgrana en polvo rojo,

mientras yo me escucho deshacer

en latidos de luz supravioleta.//

Cervatillos

Quiero el alma de los cervatillos,

anhelo el frágil contorno de la sombra del estío

sobre la carrera de los cervatillos, búsqueda

y frenesí del corazón madre de la naturaleza,

Dios entremedio de las fresas, y el alba

como descendencia infinita del celeste perpetuo

en la tierra húmeda y las pequeñas vidas abiertas.

A las vidas minúsculas pido mi redención en mínimas

verdades, mi carne corrupta que le duele sentir

la pureza del viento, sus besos en mis mejillas

que punzan las mentiras que habitan bajo

mi piel. Titilo oscura de frío, por puro frío

bajo el sol. El hielo eterno del destierro, porque

claro está que soy ejectada de un bosque

que aún guarda mis huellas en la tierra.

Quiero el alma de los cervatillos, se me antoja

la pureza del rocío reemplazando la sal de

la condena a la lágrima caliente y el corazón siempre

gimiendo, de pena, henchido de taras y malversos.

Dios pone flores entre mis dedos, Dios pide a las aves

guiar mis pasos. Su abrazo es todo el universo

condensado en un momento, un rayo de sol

al viento.

Dios me dice que sí había vacantes en sillas de ángeles

esperando por mí en el bosque, un cervatillo

esperando cantarme al oído y contarme el secreto

de su alma mínima y delicada. Y cómo cuidarme

de la lluvia del invierno crudo en brazos de

oscuridades. Que son pausas, que son puentes

aguardando la energía del vuelo, de la carrera,

pequeñas enredaderas de decesos que solo son

gotas. Amargas gotitas para volver pronto a los

brazos de Dios una vez que se hubo contado

el número de hormigas paseando por el tronco

de un canelo.

Una vez que se hubo contado los destellos

en los ojos del cervatillo, en los ojos del ángel,

en los ojos del mismo Dios.

Comprendido esto, conté los cervatillos corriendo

junto a mí. Siete entre mil estrellas.

Comprendido esto, todo se abrió de par en par como

horizonte a la mano. En mi mano flotaba la dulzura

de crisálidas. Corro sin moverme y canto

sin hablar. Y por fin simple

me duermo a la luz de mi Dios dentro del alma de

cervatillos.

Respirando como cervatillo

y siendo una con el sol.//

The Rollercoaster Ride

Siempre es así la pequeña

montaña rusa entre los dos.

Y cómo el juego se vuelve indecible,

el sarcasmo invisible,

la ironía inevitable.

Nuestros labios en el descenso

del beso premonitorio, tabú provisorio,

y la epifanía como el enterno retorno

al andar de pies descalzos entre la gente

uno al lado del otro.

Cancelo la fusión y me aferro a relicarios,

miro con devoción la estrechez de obituarios.

Puede que la montaña rusa

nos deje varados en medio del aire,

y nuestras mejillas en busca de calor

se junten, desprevenida el alma ante

la gelidez del batir de alas de pájaros

atómicos. Me miras en un salto de tus sueños

y de pronto somos dueños de momentos,

el enjambre de momentos que nadie antes concibió.

¡Y es que te soy sincera, por primera vez

te soy verdadera: mis labios se mueven solos,

dominados por marionetas microscópicas,

y estar viva es un dilema, a veces el camino

se mueve solo bajo mis pies!

Y mi corazón late, pero no sé por qué.

Aún no sé el por qué. //

Thursday, April 8, 2010

Bicicleta

Mi camino a casa, la vereda

plagada de insectos robasueños.

Avanza el sembradío en mi cabeza,

causales de pordioseros al borde de

la aspereza.

Alteremos un poquito la simbología

de lo común, busca tu bicicleta

y volemos un rato por las calles

santiaguinas.

Me muerdo los labios en señal de

constipación cardia. Quiero compañía

instantánea, y tan real como el alba.

Tan real como el alba, y las cosas nimias

que se agolpan en el borde de mi ventana.

Una oportunidad a las luciérnagas,

una chance de buena suerte a la

serenidad de una tarde de pura luz.

Increíblemente tibia, renace en mi piel

una conversación al límite de lo

ambiguo. Las cosas brumosas, las cosas

brumosas como cuevas analfabetas.

Mi camino a casa, volteretas penosas

y caídas álgidas cuando uno se ríe de los

límites. No me río de los límites, solo

los contemplo a una distancia

imprudente. Como la música indie peligrosa,

la literatura corrupta y magnánima de

escritores piojentos.

Oh, madre, déjame un ratito más andar en

bici. Nunca habías visto mis cabellos así de

desordenados. Nunca me habías visto

con fronteras rasgadas entre

las manos.

Toma tu bicicleta tú también, y volemos

una tarde más,

una brillante tarde más como si fuera

madrugada, como saliendo de la madriguera

de la eterna hibernación.

Ven un ratito a tomar la luz del sol

con tu bici al lado mío

hablando, precisamente hablando

de médulas, y de nada a la vez.

De la nada y las heridas de guerra a la vez.//

Reina del Otoño

Una polilla extrañamente azul

me ha coronado Reina del Otoño.

Yo creí ver en las hojas cayéndose

pequeños mapas, pequeños designios etéreos.

Pero nunca creí en el frío

como el verdadero punto de inflexión.

Pequeña polilla, quiero que el otoño

sea eterno, alfombras de hojarasca eternas

que lleguen a los rascacielos. Oh, vida

seca, flores secas, lágrimas secas

y viento frío del norte, transición de esquemas,

transición de chinitas en plena polinización.

El otoño entre mis manos sabrá a

concierto de flautas en plazas vacías.

Con polillas sentadas en alfombras de hojarasca,

por supuesto. Súbditas pomposas de mi reino.

Luz de lámparas en las noches que empiezan

más temprano, para cobijarse con la espalda

apoyada en los árboles, escucharlos temblar de

puro frío, escuchar sus historias acerca

de otoños bravíos.

Aquéllos otoños de pasados siglos.

Y entonces mi reino otoñal tendrá sentido.

Tendrá sentido solo cuando la hojarasca suene

acompañada de otro par de pies.

Ni las polillas aguantan tanta soledad

ni otoños tan largos, tan largos sin

metamorfosear.//

White Horse

I can get you out of here.

A white horse stands right beside me,

eyes sparkling, a pinch of humanity

resembling my mother's face when I just

was born. I just was born

yesterday, this is how it feels

when your own guardians are your prosecutors.

I can get you out of here. Repetition.

Do I have to sacrifice my flesh?

Questions make the horse turn back

to his animal resemblance. I tremble,

wilderness makes me dizzy, makes me want

to execrate myself as a woman with her heart

pounding in her hand. The horse stares,

again his human-like stare. Ride me,

as you do with your reveries, ride me.

And they await, they await,

my hunters, they await.

And my last chance, here, my last chance

caresses my face as a man in love.

I ride, in fear, I ride.

The speed of all flowers in bloom, in a chorus,

moon smiling without decorum.

Will my family be in the other side?

From the other side I feel cries in pain.

My soul's at stake, my life's at stake.

And my white horse galopping as an aerial train,

as an aerial voyage through different kingdoms:

the one from earth, and the other from the sun.

Can feel my fiends closer, can smell them

as my own wrath spreading in my blood.

They get closer, eyes in vertigo, heart

in vertigo, I can't feel my own seconds

passing by through my eyelashes.

Can you tell me what time is it?

And if love's not at hand, can it be possible

that I'm dreaming again about a lover

opening my secrets' chest?

But can't kiss my horse goodbye,

not even now that I left nightmates behind

my back. Can't see them whenever I smile.

Can't kiss my horse goodbye, my disabilities

multiply when I realize I don't know

how to say goodbye. But we've landed,

finally I can touch my soul.

And my horse, my enchanted horse

departs.

For I'm finally home.//

Il Pleut

Il pleut.

Frente a mí las esculturas bailaban

apuntando cielos entre los que yo misma

desvié el camino, porque me fui

a cortar flores a jardines

prohibidos.

Il pleut.

Sus lágrimas jugaban con las mías

en el aire. El alma cuajaba

en el fondo de mi tórax. Hasta

mis muñecas en sus trajes de fiesta

lloraban. Las cosas podrían

haber sido más sencillas. Me dije.

Me convencía mientras su cabeza

buscaba cobijarse entre mis brazos

que dudaban, murallas de cristal,

burlaban

su aura de amante y la mía de

indefensión.

Il pleut.

Qué hace una niña cuando ve a un

niño llorar, cuando se triza la armadura

y la fragilidad florece blanca y azul.

Blanca y azul, entornada y abrazante

entre dos almas

escindidas, portales disímiles a

mundos diferentes.

Nunca más volveremos a estar juntos.//

Reveries

Si no es la voz, es el verso

que se cuadra insolente ante el imperio

del silencio.

Remotas se hayan entre sí las ciudades

que encontré en sueños, allí mismo

tracé, entre vahos azules tracé

un pequeño mapa en papel crepé.

Insolencia de mis manos ante los

que quiero.

Pura insolencia. Mi arrebato ante la

pureza. Es infamia del vuelo de los

noctámbulos sobre catedrales impías.

Son otras manos sobre las mías frías.

Y si no es la vida, es el ensueño por el que

palpito, inconmesurable, gotas en el precipicio

dentado de las hojas. Anhelo mi propio otoño

que me bote las escamas en un solo ventarrón

de fuego. Que se me caiga el pelo

como muestra del cambio que espero.

Quería labios rojos pero solo me dieron

la pálida estancia de dos líneas delgadas.

Pero está el verso ante la dictadura

del silencio. La insolencia

del abrazo, del verso, del abrazo

del verso sobre los cardenales.

Mis oraciones al final del alba.

Mis juegos al borde de la calma.//

The Broken Venus

I talked to the fallen sculpture of Venus

in the Old Museum Of All Forgotten Things.

I got there 'cause my ball escaped from me,

escaped from me, running to that place.

I've never talked to Venus before.

Neither did I in that decadent state.

Still her eyes sparkling, still

one leg and one arm left.

She didn't want me there, she said

bad luck could be sticking around,

glimpsing, conspicuously staring

looking for someone, ideally a little girl

to hang aroung for a complete fortnight

for keeps. A fortnight for keeps.

I'm not scared, I replied politely. Still,

my eyes trembled as when I first saw

a man and a woman kissing. They trembled.

There were birds standing at her forehead,

and she looked delighted. She looked pleased.

My child, once a woman falls in love with a man

there is no way back. No way back to

ancient misfortunes. It is written all throughout

the milky way. No kidding.

So, beware wrong signs, beware

desire. Seek purity, wait for purity.

Be patient. Dream of your own world meanwhile.

Be patient. I can be broken but I still

still've got my heart pounding in my heart.

Keep yours close to mine and nothing

will harm you. Nothing will harm you.

She gave me one of her marble fingers

as a promise, as a proof of her eternal

guardianship. I believed in her as I firmly

did in God and left my heart in her bosom.

I grew up. Nothing caused me any pain.

But I couldn't fall in love ever since.

I didn't fall in love ever since.//

Danza de la Muerte

Licking a poisoned strawberry ice-cream

I stare at my bad luck, and somehow

I grin delighted. In lunacy, I grin

delighted.

Puede llevarme a mi cama la

atrocidad de las alas de la muerte,

Pero quiero sentir mis miembros ateridos

entre mis sueños repartidos.

I let my lunacy go beyond my

skin fields. Somehow I rode a dazzling star.

But my fingers bled for the fiercing speed.

Mistakes is the way back home.

Puede hacerme dormir la infinidad de

la muerte. La oscuridad domando los

párpados. Pero la agilidad de la vida me

hará recogerme los cabellos y volver a andar.

Death smelling my skin. I smell the delicacy

of desire. But I refuse to die till

my veins explode. Somehow, they will happilly explode.

Want to die of happiness, I say.

Want to die of simple happiness.//