Wednesday, October 20, 2010

ME in light of YOU


Entonces fue imposible medir

los kilómetros sónicos que trazaste

en mi mente. No pude retrotraer nada ya,

nada.

Habían ciertos laberintos que me recordaron

fábulas futuras y cuentos que había escuchado

contar a las flores sin abrir cuando yo

justo comenzaba a despertarme esa mañana.


Me he dicho tantas veces que esto no es cierto.


Y allí estás tú entonces. Te llamé vileza en sin-número-

de espacios. Y ahora tú me creas

con tus manos. No puedo retrotraer nada ya,

cómo fue que llegué hasta aquí hasta convertirme

en luz azul. En luz acuática.


Porque a veces actúas como bajo el agua y yo

comienzo a extrañarte cuando estás allá.

O quizás yo soy la única que se esconde entre

cardúmenes extranjeros y tú ya no me encuentras.


Entonces no, no. Ya no quiero más.

No quiero ser más YO sin algo de TI dentro.

O latir solo en una dirección cuando tú ya estás

pensando en mí. Y ser irresponsiva.

Y ser irrecíproca.


Entonces bailaré para ti esta noche.

La luna te dirá cuando vengas a observarme,

y en pasos tejidos con tu luz reflectada en mi piel

los pasos se dibujan, los pasos se suceden,

mis movimientos te abrazan


y ya nada parece disectante

sino eterno.//

Outsider (II)


La imagen es recurrente.

Su halo de bastardía ya es parte de mi

taza de café con leche en la mañana.

Entre súplicas y piedades en bidirección

comprometo el alma en ser diferente.

Pienso en las mismas cosas que se calientan bajo

el sol, las aves que se derriten en noches de tormenta

y tiemblan ya escondidas en sus cuevas de entretechos altos

como atalayas celestiales, altos.

La vigilancia es extrema y no podemos hacernos los tontos.

Las atalayas repletas de golondrinas y fénix son el punto

de los ojos eternos para volar sobre nuestras cabezas.

Pienso en esto mientras palpita el alma

en medio de la calle.

Y lloro un poco, pero solo lo indecible.

Solo lo que mi alma de outsider me permite.


Cantas bajo el tiempo sin darte cuenta de los peces

bajo tus ojos que remiten al pasado.

Cuentas fijas bajo el armazón del orbe tuyo, y

ya no eres capaz de sembrar sombras bajo los tuyos.

Pienso en esto con el alma al filo de la pasión.

Me escribo diferente entre las multitudes con alma

como casi aprisionada bajo las pantallas y las fotos

y los anuncios y los titulares y las cosas de costumbre

que a nadie llenan. A nadie calman más.

En otros tiempos solía sollozar al igual que tú frente

a la lluvia ácida y la ciudad empapada en esa fluorescencia,

en esa escencia proscrita a la belleza de dios.

Pero hoy yo soy el outsider.

Vuelvo a casa, no hay mucho que decir.

Hay mucho que huir, mi buen amigo.


La imagen es recurrente,

su halo de bastardía ya es parte

del libro que leo antes de acostarme.

Y como si la ciudad se vuelve el oleaje rompiente

a los pies de mi cama

pienso en las medusas que vienen a parar a mis ideas

buscando alergizar su médula,

poniendo una bomba de tiempo entre mis cosas

y las tuyas.


Pero hoy mi sueño se trata de un outsider

que a saltos se escapa de las estaciones

para simplemente ser

diferente.//

Cloacas de Canela


El hechicero me recomienda ser certera.

Entonces pienso que la estela temporal

ya dura mucho.

Y entonces pienso que el invierno, que el verano

ya dura mucho.

Y que ya idear un paso más tras otro, diseñar

distancias entre pisadas es equívoco.

Es trampa, vaya que sí.


El hechicero me recomienda ser certera.

Sostener la lágrima entre los dedos

antes de que toque el hombro de mi amado.

Los sonidos se me antojan altavoces del inframundo.

Y las princesas me susurran cuidado, cuidado.

Es trampa, vaya que sí.


¿Y puede sentirse alguien tan atrapada?

Le pregunto yo al viejo en su pequeña cloaca de canela.

¿Y, puede ser posible soñar tan despierta, tan conciente

de tropiezos, pequeños, pequeños rasguños

y ciénagas?

Oh, pequeña. De cierto os digo, de cierto

es que todo es trampa.

Vaya que sí.

Todo es trampa.//