Tul y seda

Tul y seda
pretenden abrigarme de avaricia.
Abierta la médula
pretendo no perecer, no, aún no.
No antes de haber clavado mi lanza
dentro de ráfagas fútiles de impiedad.
Tul y seda
me cubren de podredumbre, asco.
Latiente mi carne
no voy a sangrar más de la cuenta
hasta cubrir de pétalos los cadáveres insepultos.
Tul y seda
pretenden salarme de vanidad.
Abiertas tus manos
pretendo desnudarme en tus costados castos
y hacer tus pecados mi victoria.
Hacer de tus victorias mi palabra.
Tul y seda
pretenden revestirme de belleza.
Arqueados tus labios
pretendo ser el arcángel que calza en tu silueta,
disociarme en tu piel.
Tul y seda
en la superficie de la inocencia.
He masacrado miles de almas, me has encontrado.
Masacro mi malicia para quedarme.
Para quedarme.//

Hide and Seek

¡Salí!

De todos los tipos de pena, ésta es
La más excelsa de todas, la más
Increíblemente elocuente y visceral.
La pena en una soledad momentánea.
La pena en una soledad frágil, pero
Indefiniblemente perpetua.

Si no te encuentro, te perderé.

¿Dónde estás?
El camino de espejos me muestra como una niña.
El camino de hiel me muestra como una puta.
De todos los tipos de confusión, ésta es
La más miserable, el no encontrarse
Con hitos que denoten camino e identidad.
La confusión de lo imperecedero de la imagen
Contra la carne palpitante.

Si no te encuentro ahora, te perderé.

Calles y riscos. No hay flores que chillen
Canciones de gloria subterránea.
De todas las melancolías, es ésta
La más inhóspita y sacrílega.
Porque te tuve entre mis brazos dentro
De cielos privados, nunca monótonos, nunca
Partidarios solaces de las incertidumbres humanas.
Y luego jugamos. Una nube te atravesó la cara
Como si se tratase de señalética pagana.

Te escondiste.

Te busco frenética, las mejillas ardiendo.
Y un lado de los días se agria
A modo de obstáculo, a modo de trampa.

¡¿Dónde estás?! ¡Mierda!

Si no te encuentro ahora, te perderé.
…

¡Un-dos-tres-por ti!

Me cansé y me voy a mi casa.
Cierto sonido de cascos y candados.
Mañana jugamos de nuevo.
Mañana jugamos otra vez.

¡Un-dos-tres-por ti!
¡Un-dos-tres-por mí!//

Ópera prima

Escudriño entre mis baúles
los únicos intervalos en los que fui feliz.
Si el tiempo se detuvo para mí en la eternidad
de ese beso desencantado pero tierno,
¿qué es mi vida sino la reminiscencia
de una hormiguita entre mis venas?
La resistencia de un recuerdo cojo,
la persistencia de las centurias a los ojos
mínimos correlatos de una microhistoria.
La ópera prima en la voz tuya llena de
vuelcos inesperados. Esa tarde me besaste
para partir luego a bordo de un cometa
no sé dónde. No sé cuándo.
En la rectitud se engañan los brazos ególatras.
En el recado minimalista se engañan los sátrapas.
En tu mirada en eterna conservancia se engaña mi alma.
Y ese engaño sin nombre me distraigo
como el cruel tejido de un relato ácidamente
cálido bajo la piel añosa y cansada de solamente ver
bajo el agua.
Creer ver
bajo el agua.
Haberme creído una vez la ópera prima
de tus manos, en tus manos, gracias a tus manos.
Y luego del saqueo inverosímil de tu conciencia
y la marcha. Los años luz de distancia.
Y los años que cuajan en mi piel ajada.
La ópera prima del juego cronológico:
creer en la lágrima como escape lógico
a la redención.//