Por alguna razón no he sangrado
tras ser atropellada por circunstancias
aladas, que a la velocidad de mosquitos
en fuga avasallaron mi cuerpo, pasaron
por sobre mis líneas castas y simplemente
me dejaron tirada en medio de los misterios
del cosmos, inconciente, del cosmos.
Abrí los ojos y mi primera visión
fueron un cielo de grullas de papel,
familias enteras migrando al sur del
aire y el arcoiris. Y por alguna razón
no he sangrado, mis células pululan
en su lugar, no se ha escindido ningún
pensamiento. Curioso. Pensé
que la tarde pasaría llevándose todo,
las circunstancias robándome las entrañas
y las tinieblas empoderadas de mi piel,
mortecino mi territorio yacería sola devorada
mi luz por estrellas sicarias, carroñeras
que, de todos modos, despreciarían mi carne
por ser demasiado mezquina.
Poca conciencia de estíos.
Pero aquí estoy, entera, en terrenos baldíos,
caminos de sol de invierno, pisando milenios,
sedienta de plenilunios,
sedienta de vuelos rápidos amparada
por los héroes épicos sin inventar aún.
Y las circunstancias rozando mi espalda,
pero esta vez sé donde esconderme.//
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