Wednesday, November 16, 2011

Moments of Being



Bajo una lluvia personal
pienso en ti cuando no estás.
Y la distancia puede ser numeral:
un par de horas, unos tres siglos
para empezar.
Pero es siempre una pequeña brisa,
algo así como pequeños remolinos
de pequeñas cosas
en las que me disfrazo
para no extrañarte tanto.
Y cuando una pequeña idea
me lleva a volver a ser el aire,
te espero entonces a cierta hora no dicha
para que me guardes dentro,
para que me respires lento
sin siquiera saberlo.
Pero hasta ese momento espero,
otro día entre las cosas del mundo,
el piso, dos centímetros sobre todo
lo que quiere atraparme
y trazarme la silueta que debería
pero no quiero
contener.
Calma es poco lo que me pides
entre besos completos, calma
es poco lo que me pides
con tus brazos abiertos.
Y poco lo que entiendo cuando la lluvia
diluye las palabras en un soplo,
en un soplo ladrón de emociones
y colores.
No quiero esperar, la distancia
puede ser numeral, pero no me consuela
ser yo en este momento
si no eres tú el que puede decirme
eres el sol
en esta lluvia personal,
en esta batalla de voces
eres mi voz principal.//

Cajas de Recuerdos



Hay pequeñas cajas de recuerdos
bajo mi almohada,
hace 22 años atrás
cuando nací
y el primer rayo de sol ya me advertía
que el viejo blues siempre acechaba
siempre acechaba las rosas recién cortadas
y las cosas por nacer.
Y en esas cajas de recuerdos
donde no quiero olvidar,
siempre quiero retener
como rocas
al fondo del mar, guardar
un espacio donde quizás fui feliz
o donde quizás alguien me quiso
en otro universo. Igual al mío.
Pero alguien me quiso.
Alguien me ama ahora,
y cada pieza de su dulzura
la conservo en mis cajas,
cada vez que me dibuja
melodías aéreas. Allí las conservo
como un almanaque mínimo.
Y mi primera cosa, un pequeño barco
de papel celofán,
o quizás un maullido de gato,
sé que está allí
y me ayuda a soñar cada noche,
cada paso y cada respiro,
cada una de esas cosas
soy yo en mi tiempo.
Y también estás tú, si me
hiciste daño o si diste a mi día
controversia para un pensamiento,
una balada breve de aliento,
o un siglo en que saber nada
y que vale el intento.
Hay listas de cosas donde
cabe más que nada todo
lo que pisa el aire.
Hay pequeñas cajas de recuerdos
bajo mi sombra.
Bajo mi piel cientas más.
Detrás de mi trayecto por las calles de Santiago
en cada sitio que comparto,
en cada palabra que regalo,
en cada abrazo
que cumplo
y voz que encuentro,
recuerdo.//

Dos Bailarines



Dos bailarines,
al filo de un pétalo,
al filo del equilibrio
perpetuo.
Dos bailarines
encauzados en un cielo,
encauzados en un siglo
de silencios.
Si han de quedarse, si han
de seguir bailando,
pierden eco sus luces,
chocan contra sus pieles
lo no-dicho, y lo dicho
entre dientes, y lo dicho
a mares de gritos.
Lo que hiere pero sala
hasta las noches más blancas.
Dos bailarines
de pies gastados.
Arremeten contra el ritmo,
se tocan sin creerse
enemigos.
Dos bailarines
de pies atascados.
Piensan a cuentagotas,
aman a océanos bravos,
pero no se dan cuenta
que de sus sombras son
esclavos.
Si han de detenerse, si han
de seguirse amando,
lo mejor es cerrar los ojos,
poner las manos
en el pecho del otro
y con los latidos del otro
bailar.

El movimiento paralelo
no hace movimiento sincrónico.
El movimiento paralelo
no hace movimiento unísono.
Dos bailarines juntos
no hacen verano
si no se ven a los ojos
ni se abandonan a sí mismos
bailando.//

Séptima Luna



Cuando la impasividad
me agota las pestañas
y mis ojos ya no pueden respirar,
los colores se funden
en un solo plano,
and I keep falling falling falling
como una pequeña bestia azul
desterrada de su silo,
un topo al que le duelen los ojos
ante tanta luz, ¡tanta luz!
Tanto alzar de copas que no entiendo.
Es la impasividad, es este cuerpo
que agota sus posibilidades
en tan poco aire.
Sé que estos ojos no podrán festejar
más banquetes si no
converso con una de las siete Lunas
y le cuento
cuál fue mi último canto
antes de dormirme junto a un hombre
y soñar ser un hombre, pero despertar
siendo una niña pequeña.
Y puedo pedirle que no me robe al menos
por esta noche a mi amante,
porque sé que eres más bella,
¡que eres más bella!
Y que cuando no hay luz tú guías
las voces perdidas y las llenas
de lujuria.
Pero no te lo lleves esta noche,
porque mis ojos no respiran como antes,
se mantienen en un solo color,
todo es unicolor,
todo es como una madeja de lana
donde me pierdo, se me pierde el cuerpo,
y él me pregunta la hora,
pero yo solo soy un topo azul
perdido en el tiempo,
y sin tiempo
de perseguir el alba
como cuando niña.
Pero debo conversar contigo, Séptima,
y pensar que mi cuerpo es tuyo,
y pensar que mi paz pagana es tuya,
y pensar que mi amante es tuyo
solo para ser salva
en este pestañar de mares,
en este circular de voces,
en este pasar de caricias,
en esta carga de impasividad.
Y si esta noche decides
romper mi maleficio
quién sabe si podré entonces
ver y ser flor de la tierra
y volver al tiempo
en que podía en realidad
volver.//