Sin título.

I
Jadeo.
Vengo escapando de algo
que no sé lo que es.
Mis pies están heridos de tanto correr
por la ciudad.
Lo sé.
Las mentiras sonaban bien
a mis oídos insensatos
pero permanecía incrédula
con la cara estampada en concreto gris.
Pero de pronto, en un tris
me dio pánico cuando sentí
cánticos de hadas penetrando por mis poros.
Una dulce escarcha rodaba por mi piel
y las voces de celeste y maldad profana
envolvían mi aura y trajes oscuros.
El piso que pisaba comienza a desaparecer,
tambalear bajo mis pies.
No!
Empalagosa trampa...
Qué era esto?
Qué rayos era esto?
Espérame, espérame...
No, no me lleves, no eres real!!...

Qué sabes tú de lo real
si jamás sales de tus cuatro paredes
ni de tu imbécil caja de cristal?

Jadeo.
Estoy en un callejón, creo.
Vengo escapando de algo a lo que temo.
El sudor frío me empapa por completo.
Y caigo en una especie de sopor,
mis párpados caen pesados.
Pelotitas de colores desfilan por mi retina.
Voy cayendo pesadamente
y alcanzo a pensar que va a doler,
pero percibo manos
sosteniéndome
hasta caer en mi propia oscuridad mental.

Este nuevo poema consta de cinco estrofas, en realidad es como un cuento lírico, o algo así, y además no tiene título, porque no se me ocurrió el adecuado, así que les pido me dejen sugerencias y entre ellas sacaré el título, pero al final del cuento.

Saludillos al por mayor desde la cárcel que para esconder la connotación oscura de esta palabra, se den. Liceo.