Escudriño entre mis baúles
los únicos intervalos en los que fui feliz.
Si el tiempo se detuvo para mí en la eternidad
de ese beso desencantado pero tierno,
¿qué es mi vida sino la reminiscencia
de una hormiguita entre mis venas?
La resistencia de un recuerdo cojo,
la persistencia de las centurias a los ojos
mínimos correlatos de una microhistoria.
La ópera prima en la voz tuya llena de
vuelcos inesperados. Esa tarde me besaste
para partir luego a bordo de un cometa
no sé dónde. No sé cuándo.
En la rectitud se engañan los brazos ególatras.
En el recado minimalista se engañan los sátrapas.
En tu mirada en eterna conservancia se engaña mi alma.
Y ese engaño sin nombre me distraigo
como el cruel tejido de un relato ácidamente
cálido bajo la piel añosa y cansada de solamente ver
bajo el agua.
Creer ver
bajo el agua.
Haberme creído una vez la ópera prima
de tus manos, en tus manos, gracias a tus manos.
Y luego del saqueo inverosímil de tu conciencia
y la marcha. Los años luz de distancia.
Y los años que cuajan en mi piel ajada.
La ópera prima del juego cronológico:
creer en la lágrima como escape lógico
a la redención.//
los únicos intervalos en los que fui feliz.
Si el tiempo se detuvo para mí en la eternidad
de ese beso desencantado pero tierno,
¿qué es mi vida sino la reminiscencia
de una hormiguita entre mis venas?
La resistencia de un recuerdo cojo,
la persistencia de las centurias a los ojos
mínimos correlatos de una microhistoria.
La ópera prima en la voz tuya llena de
vuelcos inesperados. Esa tarde me besaste
para partir luego a bordo de un cometa
no sé dónde. No sé cuándo.
En la rectitud se engañan los brazos ególatras.
En el recado minimalista se engañan los sátrapas.
En tu mirada en eterna conservancia se engaña mi alma.
Y ese engaño sin nombre me distraigo
como el cruel tejido de un relato ácidamente
cálido bajo la piel añosa y cansada de solamente ver
bajo el agua.
Creer ver
bajo el agua.
Haberme creído una vez la ópera prima
de tus manos, en tus manos, gracias a tus manos.
Y luego del saqueo inverosímil de tu conciencia
y la marcha. Los años luz de distancia.
Y los años que cuajan en mi piel ajada.
La ópera prima del juego cronológico:
creer en la lágrima como escape lógico
a la redención.//
No comments:
Post a Comment