Un sueño que acusa,
un sueño que se revierte en su propio
eje.
Pensamos en que lo diferente
viene preciso a auscultarnos
el vientre.
Y lo improviso de todo
es que los miedos salten de la cama
directo a un papel
y un espejo.
La noche como un velo tedio
que no quiere revelar sus ojos.
Cuando un sueño que delata
ata las cadenas más fuerte,
y más fuerte es la fobia
sugerida sujetada a la piel.
Y en un campo todos se encuentran,
todas las memorias se pillan,
se desafían, cogen sus revólveres
y empiezan una lucha mental
que deja un sabor amargo en la mañana.
Y en la tarde
y en la próxima noche cuando se
encuentren de nuevo
espada en mano,
mancilladas,
a pelear,
lo bueno y lo malo,
lo que no tiene rostro,
ni punto de existencia,
pero sí maleza,
aspereza,
y algo de llanto.
Curiosamente todos los miedos
tienen tu rostro,
tienen mis palabras en la boca,
y tienen las cosas que se me perdieron
en los zapatos.
Hay hombre reales e irreales ahí,
trozos de otros hombres asidos a
otros cuerpos, rostros
que son una mezcla indecible de todos.
Y él y él y él combinados
y yo en el medio, sintiendo
nada. A lo mejor pena,
pero nada más.
Pero sí algo de miedo infante,
miedo presente,
transmutado en todos esos hombres
que luchan por cualquier cosa
menos por mi amor.
Son memoria, y en la memoria
se desvanecen con la facilidad de la
belleza.
Consiguen despertarme, ahuyentar mi
vacío,
tendré algún pensamiento que desayunar
en la mañana?
En el iris queda algo de noche
inflamada para el día,
lista para volver a arder
la noche siguiente,
perpetua,
la noche siguiente,
el espíritu silente
de lo que regresa,
la marea que se recoge
pero regresa
a batallar.//
2 comments:
Lo bueno es que has dado señales de vida... eso es lo mejor de todo...
XDD
Hola, gracias por dejarme un comentario. No sabía que escribes. Qué simpático que te guste Emily Dickinson, a mí también me gusta. Saludos cordiales.
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