Entonces fue imposible medir
los kilómetros sónicos que trazaste
en mi mente. No pude retrotraer nada ya,
nada.
Habían ciertos laberintos que me recordaron
fábulas futuras y cuentos que había escuchado
contar a las flores sin abrir cuando yo
justo comenzaba a despertarme esa mañana.
Me he dicho tantas veces que esto no es cierto.
Y allí estás tú entonces. Te llamé vileza en sin-número-
de espacios. Y ahora tú me creas
con tus manos. No puedo retrotraer nada ya,
cómo fue que llegué hasta aquí hasta convertirme
en luz azul. En luz acuática.
Porque a veces actúas como bajo el agua y yo
comienzo a extrañarte cuando estás allá.
O quizás yo soy la única que se esconde entre
cardúmenes extranjeros y tú ya no me encuentras.
Entonces no, no. Ya no quiero más.
No quiero ser más YO sin algo de TI dentro.
O latir solo en una dirección cuando tú ya estás
pensando en mí. Y ser irresponsiva.
Y ser irrecíproca.
Entonces bailaré para ti esta noche.
La luna te dirá cuando vengas a observarme,
y en pasos tejidos con tu luz reflectada en mi piel
los pasos se dibujan, los pasos se suceden,
mis movimientos te abrazan
y ya nada parece disectante
sino eterno.//
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