Monday, October 8, 2012

Primavera de fuego




Con la pequeña nostalgia a cuestas
se enciende una lágrima desde la cintura,
las costillas, el alma anclada
a los brotes de flores tímidas,
y a esa nostalgia adolescente
que adolece precisa de
un poco de sol de primavera.

Antes todo era invierno,
y te quejabas por el frío
descomunal, que arrasaba con tus campos
de dientes de dragón en llamas.
Siempre arrasaba campos enteros,
gigantes desiertos
eran entonces tus veladas
escondido debajo de la cama.

Cada vez es mejor, nadie lo diría.
Tiempos otros de magos y campanas,
viste tiempos mejores, más paganos,
más de piel en cristales de hielo.
La primavera adelanta señuelos,
pero no es sin duda embustera
mi primavera.
Mi primavera es abrazo de aromos
que quietos se gozan en mis
cavilaciones pequeñas e idiotas,
risueñas y remotas
en vaivenes de viento tibio.

Oh, prendida la causa,
en llamas me acuesto en el pasto
a pensar en remolinos
como quien pierde la cabeza
por conocer el origen
de la prisa del mundo.
La prisa, mi buen amigo, no es amiga
de quien quiere conocer las flores,
las flores de un día,
las flores pequeñas, payasas
de primavera.
Mi alma incendiaria,
alma aquietada,
se envuelve en primavera,
que hasta tarde dura el sol,
hasta que me hunda en el pasto
para volver a mi posición hiberna
bajo la tierra.//

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