Calma, las cosas simples
remontan su camino tarde o temprano.
Él enciende la luz templaria
y de a poco veo su cara tras
el personaje que se inventó.
Las cosas simples nos tocan la piel
y el roce nos hace pensar
en una vida feliz.
Vislumbrarla como una tibia tarde
en la que no se tiene que hacer más
que leer un par de libros
y recorrer plazoletas.
En pasivo, en pasivo.
La vida será hecha por nosotros,
constituida en sus haces íntimos
por nosotros.
Por nuestras manos ansiosas de entregar
la médula solo por obtener
una sonrisa de nuestros amados.
Él me dice que las cosas simples
nos salvarán de maldiciones arcaicas
y oráculos de ciencia ficción.
Él me tienta con cruzar la calle
con luz roja, con borrarle las sienes
a los que pasan a empujones las calles.
Él me abraza, me contiene en la simpleza
de la contracción, de la fuerza invocadora
y conciliadora
y reunitiva
de un abrazo de dos segundos sin previo aviso.
Calma, las cosas simples
remontan su camino tarde o temprano.//
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