Sé que los ladrones
de mis códigos binarios auscultan mis pasos
bajo tu ausencia. Sí, por alguna razón
hoy no estás
y no puedo conciliar el habla
entre las calles llenas de papeles
por llenar con mis discursos.
Pero los signos se mueven con rapidez.
Hay fiestas entre las sombras
de las torres más discretas, los edificios
más grises.
Me es fácil retenerte cuando alrededor
tu presencia/distancia se escabulle
en un futuro inmediato y perfecto
de alegrías.
Te extraño entonces.
La frase dura y copiosa me asalta
como la música y la lluvia que se combinan
binariamente
para producir mi discurso.
Te extraño mucho, y entre lo que resulta
de todo el bullicio
sé que amarte es la primera reacción
ante la luz que me embriaga.
Todo está claro entonces.
Mis ojos se aclaran mientras los ladrones
me devuelven mis palabras a voluntad.
"Te esperamos en la misma esquina", se despiden.
Sencillo. Vivo tu presencia/distancia
danzando entre cuerdas, y te haces
intermitente,
constante,
pero intermitente.
Entonces solo prométeme
que me abrazarás pronto
aunque sean mil soles de distancia.
Que entonces yo te espero
con todo en orden entre mis calles
para que nuestro abrazo sea
perfecto.//
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