Desnuda frente a un hombre.
Y aunque mil capas de hierro, de hiel
Te cubran y disfracen la piel,
Aún te sientes ínfima, vulnerable.
Mírate reflejada en el alero del tiempo
Y decide si esto es desidia, teatro o lujuria,
O simplemente un acto inocente de seda
Acariciándote el rostro
Y prometiéndote eternidad.
Solo es una conversación. Solo palabras.
¿Cuál es la diferencia entre el susurro
y la calle atestada de gemidos
cuando la mano de un hombre sella tus labios?
Desnuda, translúcida. Comulgando con el aire.
La mirada que en altavoz
Saca a relucir la mujer que eres, quebradiza.
Lo intrigante y sencillo de tu contorno reticente.
Desnuda frente a un hombre. Quién lo diría.
Palabra y confesión de una vida prematura,
De un amor precipitado por astros fugaces.
Por gotas de sal y maniobras sencillas en una cama.
Y aunque solo sea una conversación,
Y él no más que tu verdugo confesor,
Tu piel de mosaicos solo quiere encontrar
La pieza faltante.
El enigma sobrante.//
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