Se descubre primigénica bajo la lluvia
de sábado las manos abiertas
de tu propia inconsistencia.
Quiero ser polvo de estrellas,
pero solo me alcanzan los restos de sol
en el bolsillo junto a vidas bizarras
y trozos de papel.
Castillos en invierno al horizonte
como enrejado pétreo de los ojos.
Y basta subir la frente para saber
que no parecerás Ícaro ni con tus
alas de plástico, ni en el fondo
de mil plegarias al alba.
NO HAY SALIDA EN UN AFUERA.
Pero, ¿sientes?
Hay poca lluvia, pero suena a campanitas.
Cruzan la piel gotas ámbar, y su canción
es la batalla interna del imaginario.
Aún no ofrezco mi alma a nadie,
¿podré ser yo, entonces, una partícula,
un ápice, un rayito, un destello
de la estrella que destinaron para mí
al nacer?
Despierta y siente.
Despierta y siente.
Despierta y siente.
El Reino yace dentro
Su Reino habita en el inserto.//
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