Thursday, August 5, 2010

Asilópata

Alguien me llama desde la otra puerta.

Devengo en latidos, me intrigo en los segundos

en que espero un vuelco del viento

entre mi sangre y el mundo.


¿Vendrá alguien por mí hoy?

Los portales abiertos, mis brazos abiertos

a la suerte de un reflejo de compañía.

A la vista de la cercanía

de otro cuerpo en diálogo con el mío.


Me ataca una ansiedad de lirios,

oigo el llamado cercano, tibio.

Acertado a mí, mi propio destinatario.

Asilópata me denominó Dios,

asilópata como un crimen a cometer.

Asilópata de un ruedo inmio-pasivo

a la espera de un silencio vivo.


¿Vienes? ¿Vienen?

Al otro lado las aguas diamantinan

como refugio a mi cuerpo aterido.

¿Pero quién, quién…?

Alguien me está llamando

mientras la sombra de mi ansiedad

clava mis zapatitos al suelo.


¡Claréate al sol! ¡Vuélvete verdad!

Una asilópata busca tan solo dos nubes,

y yo ya te reservé la tuya, ahí, nuestras

nubes como espejos al aire.

Como espejos al aire.


La voz se diluye, oigo cómo en el tiempo

se deglute, y yo tiesa en el despavor,

tiesa en el sopor,

soy asilópata engañada,

asilópata perpetuamente engañada.


Como una marca totalitaria

soy asilópata engendrada

en el responso de soledades

deshilachándose

dentro de mis ojos

que cuentan,

enferman,

cuentan,

reiteran,

cuentan

pulsos ajenos.//

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