Thursday, August 5, 2010

Cardos (Loveology)


Nadie me enseñó a ensamblar

un cardo en la tierra seca.

Pero tras mis ojos existen palacios

de cardizales justo sobre los escombros.

Loveology.

El reto al destino me es inapropiado

si no me sangran los dedos con mi propia

desventura. Recoger tanto cardo

rompe la piel, rompe los sistemas, rompe

el devenir constante del alma.

Centro, fuera, centro, fuera, centro.

Adentro.

Donde las cosas son hecatombre.

Adentro.

Loveology.

Si el Señor no me enseña a perdonar,

supongo que el acto de la mera omisión

calmará la sedición de justicia.

El perdón entre los cardos se seca

con la facilidad del amor rojo, con la

versatilidad de las fracciones del alma

sin polinizar.

Oh, la brutalidad de la mujer sola.

Tempestades sin paraguas y calles mendicantes.

Y cardizales tras los ojos.

Loveology.

Preguntas ecolastras y verdades artífices

de desdicha. Se satura el cielo de rojo,

se invade el cielo de rojo, pero ¿es justo?

¿Es justo? me preguntan los cardos

sin regar y dejados a la suerte de las heladas

del infierno frígero, invierno inferno.

Loveology.

Es la suerte, meretriz suerte.//

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