Friday, March 4, 2011

Late


Entonces rayo una pared, una puerta,

un poco de cielos de otros mundos y ya.

Canto despacio, despacio, cosa que nade me entienda

que estoy triste

y que no puedo volar más.


¿Cuántos labios secos he besado ya?

Y quizás me arrepienta, pues no acudí

con devoción. Y fui infeliz, si es eso

a lo que se refieren los días con muy

pocas nubes. Sí. Infeliz.


Y con cada acorde se silencia una pieza.

Un parpadeo cae sin misterio alguno.

Y algo tienta al aire para que corra

más frío y más desnudo.


Entinto un sueño que era como una cinta

en escala de grises. Dibujo un sol

que nadie conoce. Pero aún así

me siento infinitamente solo.

Apurado por notar cosas

que solo y simplemente ya olvidé

allá atrás, cuando niño.


Y canto una guitarra de futuros anhelados.

¿Habré soñado pesadillas anoche?

Hay un sabor de cosas sin decir

que se esconden sin sorpresas

tras la garganta.

Entonces todo va sabiendo

a viejos cuentos, viejas penas.


¿Cuántas almas secas he visitado ya?

Las suficientes como para ya no creer

ni en mi CI, ni en mi desayuno

ni en cuando digo “me rindo”

y a la mañana siguiente

simplemente

vuelvo a cantar.//

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