Grisamargo.
A veces los amantes se besan
con un cuchillo entre las manos.
Y algo así como te estoy mirando
deviene en ellos cuando un solitario
repara en ellos como moscas
en la torta de cumpleaños.
Grisamargo.
Tienta al verso las ganas de simplemente
ser una buena persona.
¿Buena poesía? Moralismo hecho de galletas.
Los amantes moralizan en las esquinas
de las plazas aún cuando su blasfemia
rompeolas triza las flores
que dejaran hace tiempo los soñadores
solitarios
esperando el alguien. Ese alguien
que no soy tú ni yo.
Grisamargo.
Me cubre el gris, me besa el amargo.
A veces las montañas ganan peso,
a veces estoy bajo ellas como una gran manta
cuando duermo. Por eso no sueño,
por eso despierto con dolor de ánima cuando
pienso en ser amante y entonces mascullo
no hoy, no hoy, bruja vigilante.
Mi corazón está cansado, ¡y los amantes
de verdad no me aceptarán!
¡No! Tengo hielo bajo los ojos, miedo
petrificado entre los músculos de mi iris.
Me ata el gris, me posee el amargo.
Y los amantes son brillantes, rojos
y aman volar cuando el sol está bien alto.
Bien alto.
Y yo lo único que quiero es ser un cisne.//
A veces los amantes se besan
con un cuchillo entre las manos.
Y algo así como te estoy mirando
deviene en ellos cuando un solitario
repara en ellos como moscas
en la torta de cumpleaños.
Grisamargo.
Tienta al verso las ganas de simplemente
ser una buena persona.
¿Buena poesía? Moralismo hecho de galletas.
Los amantes moralizan en las esquinas
de las plazas aún cuando su blasfemia
rompeolas triza las flores
que dejaran hace tiempo los soñadores
solitarios
esperando el alguien. Ese alguien
que no soy tú ni yo.
Grisamargo.
Me cubre el gris, me besa el amargo.
A veces las montañas ganan peso,
a veces estoy bajo ellas como una gran manta
cuando duermo. Por eso no sueño,
por eso despierto con dolor de ánima cuando
pienso en ser amante y entonces mascullo
no hoy, no hoy, bruja vigilante.
Mi corazón está cansado, ¡y los amantes
de verdad no me aceptarán!
¡No! Tengo hielo bajo los ojos, miedo
petrificado entre los músculos de mi iris.
Me ata el gris, me posee el amargo.
Y los amantes son brillantes, rojos
y aman volar cuando el sol está bien alto.
Bien alto.
Y yo lo único que quiero es ser un cisne.//
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