Wednesday, May 26, 2010

A mis hijos



Si tan solo hubiera visto lo que venía.



Un coro de arpas me hizo comprender


lo tardío de mis alas puestas


en un relámpago, bajo la lluvia de menta.


No soy de aquí, extraditados mis pasos


entre la música de cielos castos.


Pido entonces un último deseo,


déjenme al menos escribir lo que siento.



Si tan solo hubiese visto lo que venía.



Las cosas son cruentas entre las personas


sin opinión. Nadie a quien cantar una sola


sinfonía. Lluvia de sal obviando las miradas


al cielo. No soy de aquí.


¡Simplemente no pueden


no dejarme mirar al cielo mientras llueve!


Aunque los ojos ardan, mi mirada


corresponde al cielo, aunque soberbial


sea mi acto y la gente discarde mi ángel


y la luz embrutecida de mi alma estilando.



Pido al menos un solo deseo,


déjenme al menos escribir lo que siento.



Si tan solo hubiese visto lo que venía.



Extirpada de todo cosmos construí


almas de papel translúcido y de palabras


cáusticas y volátiles, dulces en el fondo


cuando se las recuerda en medio de las


discusiones con el funcionario bancario.


Mundo transversal y sin embargo hermoso.


Afirmo que es hermoso aunque me ahogue


bajo la inundación de la lluvia de sal y aunque


las arpas estén muy lejos y ya


no toquen para mí.


Ya no tocan para mí.



Y es por esto que escribo, hijos.//

1 comment:

Melvin Pointdexter III said...

Yap. Su deseo se cumplió.
^^

PD: por cierto, este es el poemas más extraño que has escrito, vaya...

:P

Besos.