Wednesday, June 23, 2010

Hotel


Me isolé en un hotel esperando un paquete

que nunca pareció llegar.

Nunca vi los halcones plateados llegar.

Las sombras siemprecambiantes retornan,

y es la nube en la piel, las bodas ajenas

lo que me hace desvelarme, dejar de crear,

dejar de intentar por más que las flores se abran

y me canten al domingo la misa.

Y tiñan de glítero el aire en la brisa.


El tiempo se emborracha, el tiempo se retuerce

en su propia ideología acéfala, se ufana

de contraer y volver mi espera malsana.

Contiguas fábricas de armamento incongruo,

oh, no entiendo tu pereza, hombre sin alas.

En este hotel de ventanas grandes, paredes

de grueso estambre yo cubro imaginería.

Cubro imaginería como si se tratase de un robo.

Como si se tratase de un sueño fotofobo.


Constancia me piden las polaroids, constancia

en estos zapatos de charol roído

y ganas de guardar mis labios entre algún vicio,

entre algo más vivo que la espera en el intersticio

de este tiempo, de este hotel, de esta calle aérea,

de esta mujer deseando ser etérea.

Y no sé de qué campos salió el ángel del que

me enamoré como una tonta, como solo mi requiebro

podría haberlo hecho.

Solo sé que espero un paquete con su nombre,

en un hotel que nada tiene de cielo.


Y necesito reunir cierto número de desvelos

para volver a ver el sol.//

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