Wednesday, March 10, 2010

Dos Minutos Para Las Siete

Se me acabó el saldo de amor. Ayer

una adivina marcó una crucecita en mi cuello.

Me hizo cosquillas. Comprendí que

ya nada me salvaría de los arcanos

lanzados sobre mi cuerpo sin malicia eso sí,

sin malicia. Esto me lo merecía.

Debía ya saber dormir con las pupilas vacías

como esperando llover.

Y se me acabó el saldo de amor. Mañana

presiento será un día de vacíos. No sé.

Alimentar palabras con migas de pan

en una plaza. Y descubrirme a mí misma en un acto

ciertamente desesperado. Pero me lo mereceré.

Si el tiempo juega con mis pestañas tiesas

que así sea. Que se queden tiesas por

la eternidad.

Y revoloteando, fingiendo jugar, ocultando resacas

de milkshakes en cafés literarios escuchando poesía

sola. En una mesa, yo sola. Revoloteando

como llevada por el gentío acelerado, voy

reconstruyendo, rearmando el cuento, álgida la batalla

contra la mendicidad de sueños, pero en eso

pienso que sí tengo amor, ahora no del tipo

que tú esperas. No de la ralea que tú deseas.

Sorry about that.//

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