Una polilla extrañamente azul
me ha coronado Reina del Otoño.
Yo creí ver en las hojas cayéndose
pequeños mapas, pequeños designios etéreos.
Pero nunca creí en el frío
como el verdadero punto de inflexión.
Pequeña polilla, quiero que el otoño
sea eterno, alfombras de hojarasca eternas
que lleguen a los rascacielos. Oh, vida
seca, flores secas, lágrimas secas
y viento frío del norte, transición de esquemas,
transición de chinitas en plena polinización.
El otoño entre mis manos sabrá a
concierto de flautas en plazas vacías.
Con polillas sentadas en alfombras de hojarasca,
por supuesto. Súbditas pomposas de mi reino.
Luz de lámparas en las noches que empiezan
más temprano, para cobijarse con la espalda
apoyada en los árboles, escucharlos temblar de
puro frío, escuchar sus historias acerca
de otoños bravíos.
Aquéllos otoños de pasados siglos.
Y entonces mi reino otoñal tendrá sentido.
Tendrá sentido solo cuando la hojarasca suene
acompañada de otro par de pies.
Ni las polillas aguantan tanta soledad
ni otoños tan largos, tan largos sin
metamorfosear.//
1 comment:
Siempre que leo tus textos, me quedo petrificado, sin poder articular palabra alguna. Son bellos, pero también me hielan la sangre.
Por cierto, leí también los otros... ^^
Un beso.
PD:
http://talkaboutpopmusik.blogspot.com/2010/04/go-betweens-16-lovers-lane-1988.html
Tracks 1 y 10.
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