De alguna manera tengo que avanzar.
Atada a burbujas siderales,
cometas subsolares,
pero de alguna manera tengo que andar.
No me basto de mi pedestría,
De mi cobardía, ¿ves?
El viento exige más cosas.
El viento es el eco de Dios.
El velocímetro dispuesto.
Y que sí puedo ser flotante,
navegante,
cosmonauta.
Solo debo seguirle los pasos
al centro solar en el momento
de mayor traslación.
Y ser puro corazón.
Sencillo y rápido en su fugacía
como los pequeños planetas inexplorados.
Déjame ser aire turista,
aire viajante,
y guiarte en soplos insistentes
al revés de la luna
donde todo es sueño.//
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